En sus conferencias destaca usted el papel del juego. ¿Jugamos poco los adultos? Decía Ramón y Cajal en 1923 que “el juego es una preparación necesaria para la vida”, que imprime un sello, a la vez intelectual y moral. En él intervienen factores motivacionales, de novedad, de interacción de unos con otros, de competitividad, que contribuyen al desarrollo en una época de gran neuroplasticidad. A más novedad, el cerebro capta información a más velocidad y la archiva mucho mejor. La pregunta es por qué los adultos no seguimos jugando. ¿Hemos perdido esa capacidad? Es una gran pregunta y sucede en todas las culturas. Antes de la Revolución Industrial, el alumno aprendía de una forma práctica y utilizaba más el juego que nosotros. Es decir, el pintor enseñaba pintando. Eso contribuía a desarrollar más el juego a lo largo de la vida. En nuestra sociedad, la memoria y el conocimiento están asociados a los sistemas educativos. Con juegos se tardaría más tiempo y hoy la rapidez es un valor.
Una de las frases que más me ha gustado de la entrevista y que la periodista resalta es esta: "La diferencia entre un cerebro que se ejercita en la escuela de forma ordenada, regular y sostenida y otro que no lo hace es la misma que existe entre un árbol visto en otoño y en primavera". Algo así podríamos decirles a aquellos profes y maestros que siguen rechazando el uso del juego en sus clases o cuanto menos, el empleo de metodologías activas.
Para leer la entrevista completa: https://elpais.com/elpais/2018/01/16/eps/1516099142_899872.html